La economía de India, una de las más grandes del mundo, ha sido gravemente afectada por la segunda ola de COVID-19. Esta crisis sanitaria, que se ha convertido en una catástrofe nacional, ha traído consigo no solo un aumento en los casos de COVID-19 y muertes, sino también una serie de impactos devastadores en varios aspectos de la economía. Desde la disminución del PIB, la demanda de petróleo y el aumento del desempleo, hasta la interrupción de la cadena de suministro, la situación actual es un reflejo de uno de los peores escenarios posibles que muchos temían al inicio de la pandemia.
La Ola Implacable del COVID-19 y su Impacto en la Economía India
En las últimas semanas, la imparable propagación del COVID-19 ha generado una gran incertidumbre sobre el estado de la economía india. Para contener el brote, varios estados han comenzado a imponer restricciones a las actividades económicas, aunque no tan severas como las implementadas en 2020. Sin embargo, el impacto de estas restricciones ya se está haciendo sentir en la economía. Según el Índice de Reanudación Comercial de Nomura en India, la actividad económica ha disminuido significativamente, cayendo a 83,8 en la semana que finalizó el 18 de abril, en comparación con 99,3 hace un mes. Para poner esto en perspectiva, el índice había caído a 83,3 en octubre de 2020, lo que sugiere que la economía está operando en niveles similares a los observados al final del año pasado.
Revisiones a la Baja en las Proyecciones de Crecimiento
Dada la gravedad de la situación, los analistas ya han comenzado a reducir sus proyecciones de crecimiento para el año fiscal. Care Ratings, una agencia de calificación crediticia, ha disminuido sus expectativas de crecimiento del PIB al 10,2%, desde un rango anterior del 10,7% al 10,9%. Asimismo, los economistas del State Bank of India (SBI) han revisado a la baja sus proyecciones del 11% al 10,4%.
Es importante tener en cuenta que, si bien los datos económicos podrían parecer mejores debido al efecto base bajo, esto podría ser una ilusión. Las comparaciones interanuales pueden mostrar una mejora debido a los niveles extremadamente bajos alcanzados durante el confinamiento del año pasado, pero la recuperación trimestre a trimestre puede no materializarse de la manera esperada.
El Impacto de la Segunda Ola: Más Allá de las Cifras
Después de un confinamiento precipitado y no planificado de dos meses en 2020, que llevó a la economía india a una recesión técnica, el gobierno del primer ministro Narendra Modi ha dejado claro que no planea implementar nuevamente medidas tan estrictas. Incluso en medio de la brutal segunda ola de COVID-19, Modi ha instado a los ministros en jefe de los estados a utilizar los confinamientos como último recurso para frenar la propagación del virus.
Sin embargo, la decisión de evitar confinamientos no significa que la economía se salvará de un daño significativo. De hecho, varios indicadores ya muestran que la economía india está bajo una presión considerable debido a la ola pandémica en curso. Aunque parte de este impacto se debe a las restricciones impuestas a nivel local por los gobiernos estatales, otra parte se debe al comportamiento de los ciudadanos, que eligen permanecer en sus hogares por precaución.
Movimiento Ferroviario y por Carretera: Un Indicador de la Actividad Económica
El transporte ferroviario es un componente crucial de la economía india, ya que más del 30% de todos los bienes industriales en el país se mueven a través de trenes. Por lo tanto, el volumen de carga ferroviaria se considera un indicador importante de la actividad económica.
Con muchas partes de India, incluidas las principales ciudades metropolitanas como Mumbai y Delhi, bajo bloqueos impuestos por los gobiernos estatales, el volumen promedio diario de carga ferroviaria ha disminuido un 11% en abril, según datos de Indian Railways. Esta caída en el volumen de mercancías no solo refleja las restricciones en la logística, sino que también podría ser un indicador de la disminución de la demanda en algunas partes del país.
Movilidad Reducida: El Efecto de los Toques de Queda
La movilidad ha sido uno de los aspectos más afectados por las restricciones impuestas en varias ciudades. Con los toques de queda parciales y totales, el número de personas que se desplazan desde sus hogares ha disminuido drásticamente. El índice de conducción de Apple, que mide la cantidad de solicitudes de direcciones en Apple Maps, muestra que los ciudadanos de las principales ciudades de India se están desplazando mucho menos en abril en comparación con los tres meses anteriores. Esta reducción en la movilidad tiene un efecto directo en sectores como el comercio minorista, el transporte y los servicios.
Desempleo en Aumento: Un Problema Persistente
Uno de los impactos más significativos de los confinamientos de 2020 fue el aumento abrupto del desempleo, especialmente en los sectores no organizados. En abril de 2020, la tasa de desempleo en India alcanzó un alarmante 23%, empujando a millones de personas a la pobreza.
A medida que el país comenzó a reabrir, el mercado laboral mostró signos de recuperación, y para febrero de 2021, la tasa de desempleo había caído al 6,9%. Sin embargo, con el resurgimiento del COVID-19, la situación laboral se ha vuelto a deteriorar. En abril de 2021, la tasa de desempleo aumentó nuevamente, alcanzando el 8,4%. Las zonas urbanas, en particular, están experimentando una crisis de empleo, con tasas de desempleo superiores al 10%.
Debilitamiento de la Actividad Empresarial
Estos desafíos se reflejan en el Índice de Reanudación de Negocios de India de Nomura, que muestra un debilitamiento significativo de la actividad empresarial en el país. El índice considera parámetros como los índices de movilidad de Google, los datos de conducción de movilidad de Apple, la demanda de energía en India y la tasa de participación de la fuerza laboral. El 11 de abril, el índice cayó a 90,4 desde 99,3 en la primera semana de febrero, lo que indica una desaceleración en la actividad comercial.
Preocupaciones Gubernamentales: Un Equilibrio Difícil
El gobierno de India se enfrenta a un dilema complejo. Con el aumento constante de los casos de COVID-19, existe la posibilidad de que se implementen restricciones aún más estrictas para frenar la propagación del virus. Sin embargo, esto podría tener consecuencias económicas graves, incluida la interrupción de las cadenas de suministro, lo que, junto con el aumento de los precios de las materias primas, podría ejercer presión sobre la inflación.
Además, el aumento del desempleo y la disminución de la actividad económica están generando preocupación sobre la sostenibilidad financiera de los gobiernos estatales y centrales. Con una desaceleración del crecimiento económico, los ingresos fiscales podrían disminuir, lo que obligaría a los gobiernos a aumentar sus niveles de endeudamiento, ejerciendo presión sobre los rendimientos de los bonos.
Un Futuro Incierto
La incertidumbre económica en India es palpable y no parece que se disipe en el corto plazo, a menos que la carga de casos de COVID-19 comience a disminuir significativamente. En este contexto, es crucial que el gobierno y las autoridades sanitarias trabajen en conjunto para ampliar el alivio económico y garantizar la disponibilidad de suministros médicos básicos. Además, es esencial acelerar el programa de vacunación para contener la propagación del virus y mitigar el impacto económico.
La economía india se encuentra en una encrucijada, y el camino hacia la recuperación dependerá en gran medida de cómo se maneje la crisis sanitaria en los próximos meses.
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